José
María Permuy Rey
España es una realidad histórica anterior y superior a
cualquier ley civil o Constitución, ideología, partido o forma de gobierno.
Lo que se juega en Cataluña estos días no es la
democracia, ni la Constitución, ni un modelo de ordenación del territorio, ni
la monarquía. Se juega la unidad de España. Una España que nace con el rey
Recaredo y se rehace con los Reyes Católicos.
Algunos españoles –sé que pocos, pero el número no
constituye un criterio para juzgar acerca de la verdad y la razón de una
afirmación- creemos que la Constitución Española de 1978 no sólo no es el
remedio sino que es una de las causas de la consolidación y propagación del separatismo
en España.
Por su inexactitud conceptual (el reconocimiento de
nacionalidades que no existen como tales); porque instaura un Estado de la
autonomías que concede a las regiones competencias que nunca debieron haber
tenido; y porque, consecuente con la ideología liberal relativista, permite la
existencia legal de partidos cuyo propósito principal es destruir España, algo
que han ido haciendo en sus respectivas comunidades autónomas, allá donde han
gobernado y, asimismo, en el Congreso de los Diputados, chantajeando a
gobiernos sin mayoría absoluta, ofreciendo su apoyo a cambio de beneficios en
pro de sus objetivos separatistas.
Por ello, convocar a los españoles para manifestarse a
favor de la unidad territorial de España y, al mismo tiempo, para apoyar la
Constitución, es un contrasentido. Como bien decía Vázquez de Mella,
refiriéndose a los liberales, es poner tronos a las premisas y cadalsos a las
consecuencias.
Pero es también, sin lugar a dudas, una forma de excluir
a algunos españoles (los no partidarios de la actual Carta Magna) de esa
convocatoria.
Se trata, en definitiva, de otra forma de separatismo.
¿Imaginan convocar una manifestación a favor de la unidad
de España y en apoyo del socialismo, o del liberalismo, o del PP, o de Podemos…?
¿Por qué unir o mezclar la defensa de la integridad de
España (que es una realidad histórica indiscutible) con la ideología, o el
partido, o el modelo de Estado o Constitución que cada uno pretenda defender
(que son cuestiones mudables, discutibles, opinables y en algunos casos
moralmente condenables)?
Unámonos para defender la unidad territorial de nuestra
Patria, que es lo que peligra ahora mismo, y dejemos a un lado, en este
momento, las disputas sobre el modelo de España que cada uno desea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario